Una sobredosis de cafeína, una calle transitada y a lo lejos, un perro que ladra. Una lluvia incómoda, el ruido que hace el sonido al romperse, un debate sobre la vida y sobre la muerte, un intento de homicidio, un galgo hambriento… Un portazo.
Dos unicornios azules, rosas y blancos. Un carlino, una fuente en una plaza, el señor que duerme en su banco de siempre y la presión en el esternón que me acompañaba a todas partes y era molesta y amarga, diluyéndose y bajando por mi garganta hasta hacerse agua corriente que no sabe a nostalgia ni sabe nada.
junio 23, 2016 at 10:53 am
La vida misma…
Saludos
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julio 3, 2016 at 1:18 pm
La misma…
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