Anoche, a ésas horas, aún no dormia, pero sé como de cortas son las patas de las mentiras y evitaba tener que improvisar una tan piadosa que, al ser yo también coja, me atrapara a medio camino, enrojecieran mis orejas y, con una orden de alejamiento, terminara antes de tiempo una historia que justo empieza a despertar.
Ahora que vas cogiendo forma y hasta tienes una voz y un nombre, pongámosle banda sonora, aqui y ahora.
Serás el más valiente de los hombres cada vez que se te ocurra una manera de acortar la espera.
Responder