He perdido las formas, el respeto, la vergüenza, el peso y la elocuencia en un suspiro que aún recuerdo y puedo notar en mi oído si alguien te nombra.
Es ése mismo sonido, ése hormigueo molesto, que detesto, el mismo que me interrumpía cuando trataba de cerrar los ojos y ser normal, a mi manera.
No soy cualquiera .
He matado monstruos casi sin querer y una vez muertos, he querido resucitarlos para tener una excusa, una explicación que pudiera entender la mayoría.
Yo me rompía fácilmente y él era tan amable con la gente…
Nunca he tenido muy claro cuál era mi sitio pero sí, tengo derecho a intentarlo, a volver a equivocarme, a desubicarme de nuevo. Tengo derecho a dejarme llevar y seguirle a la vida el juego.
Llevo tiempo buscando algo que, a éstas alturas, todavía no sabría decir qué es.
He levantado piedras que realmente pesaban, buzeado en mares que secaron ya, removido la conciencia a ver si agitando los recuerdos saltaba la pieza que sobraba… He sido frágil y he sido también brava.
Ahora me voy y puedo sentir un escalofrío al recordar aquel suspiro que me interrumpía cuando trataba de ser normal, a mi manera.
Sigo siendo de plastilina pero ahora no soy la misma, no tengo la piel tan fina, no soy cualquiera.
septiembre 26, 2016 at 3:15 pm
Bellas e intensas palabras. No dejo de releerlas. Claramente, no eres cualquiera 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona