Sin pena ni gloria, partió sin amigos a los que extrañar, sin rozar siquiera los corazones…
Se fue atropellando todas las emociones hasta convertirlas en una prisa que lo acompañó calle abajo y subió con él al autobús que, por fortuna, se lo llevó tan lejos.
febrero 2, 2017 at 3:39 pm
Y así fue pronto olvidado. Como si nunca hubiese sido.
Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona